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En 1956, la iniciativa de un particular le llevó a montar una ferretería. La llamó Enol. Después, ésta pasó a manos de dos personas, que establecieron una sociedad y compraron el negocio, una de ella es Don Pedro Hoyuela. No dudó en acercarse a esta persona cuando se enteró de que partía a su tierra natal a instalar un nuevo local en Madrid, con el mismo nombre con que acá funcionaba la ferretería. Se ofreció para hacerse cargo del negocio que quedaría en Santiago. El hombre aceptó y armaron una sociedad. Finalmente ésta se disolvió y él quedó completamente a cargo de Enol-Chile, en conjunto con su esposa e hijos, que se incorporaron con posterioridad, luego de constatar que "tendrían mejores perspectivas al lado de sus padres", comenta, su hija María del Campo siempre se mostró interesada en desempeñarse en esta actividad, pero su hijo Pedro Jr, quien estudió administración de empresas, decidió ingresar, una vez terminados sus estudios, ya que vio que podría poner en práctica sus conocimientos en la empresa familiar.
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